31 de mayo de 2009

¿La solución final?

Cómo funciona el exterminio militar en masa de "población sobrante"
Laboratorios experimentales del "nuevo orden"

Dentro de los parámetros funcionales del sistema capitalista (establecido como "civilización única") la "población sobrante" son las masas expulsadas del circuito del consumo como emergente de la dinámica de concentración de riqueza en pocas manos.


Estas masas, que se multiplican por las periferias de Asia, África y América Latina, no reúnen los estándares del consumo básico (supervivencia mínima) que requiere la estructura funcional del sistema para generar rentabilidad y nuevos ciclos de concentración de activos empresariales y fortunas personales.

Además, esa masas expulsadas del circuito del consumo, requieren (para darle una pantalla "compasiva" al sistema) de una estructura "asistencialista" compuesta por la ONU y las organizaciones internacionales que representan una carga y un "pasivo indeseable" en los balances de gobiernos y empresas trasnacionales a escala global.

Dentro del mercado y de la sociedad de consumo capitalista, la lógica de producción no se mide por la satisfacción de las necesidades básicas de la sociedad (comida, vivienda salud, educación etc.) sino por los parámetros de optimización de la rentabilidad privada.

La producción de bienes y servicios (esenciales para la supervivencia) controlada por el capitalismo está socializada, pero su utilización está privatizada: No responde a fines sociales de distribución equitativa de la riqueza producida por el trabajo social sino a objetivos de búsqueda de rentabilidad capitalista privada.


El objetivo estratégico central del sistema (su lógica y esencia funcional) está motorizado, en primer término, por la búsqueda de la rentabilidad para sus empresas y bancos transnacionales, su columna vertebral ejecutora de sistema económico dominante a escala planetaria. Esta dinámica -históricamente probada- genera un resultante contradictorio: Achicamiento del consumo, concentración de riqueza en pocas manos, y expulsión del circuito del consumo y de la supervivencia de miles de millones de personas.

La población del mundo ya alcanza a los 6.500 millones de personas, de la cuales sólo alrededor de 500 millones se ubican en el status de "nivel óptimo" de consumo que requieren las necesidades operativas de rentabilidad de los bancos y empresas que hegemonizan la industria, el comercio y las finanzas del sistema capitalista impuesto a escala global.

Fuera de este triángulo del "consumo óptimo", compuesto en su vértice por el segmento de los "súper-ricos", y alimentado en su base por la masa productora de riqueza a escala global, se encuentran otros 2000 millones de personas, las que (sin llegar al "consumo óptimo") desarrollan un "consumo regular" de los bienes y servicios producidos y ofertados (para quien pague por ellos) por la estructura productiva capitalista.

Otro sector compuesto aproximadamente también por unos 2.000 millones de personas conforman un segmento de consumo bajo, con una situación social irregular y fluctuante que no cubre totalmente sus necesidades de vivienda, salud y de confort , y que no compensa las necesidades productivas de rentabilidad del capitalismo regenteador de la sociedad de consumo, a la vez que resulta el sector más vulnerable en la actual crisis recesiva que se está desarrollando a escala global.

Debajo de estos segmentos, hay una franja de población, otros aproximadamente 2.000 millones de personas que oscilan entre la "pobreza estructural" (no cubren sus necesidades básicas) y la "indigencia" (carentes de medios de supervivencia), que conforman una "masa crítica" de expulsados del circuito del mercado del consumo.

"Consumidores irregulares", "pobres estructurales" e "indigentes" son el producto histórico más representativo, el emergente social de un sistema económico que no produce con fines sociales sino con fines de rentabilidad individual conseguida con la explotación del trabajo social.

Como el sistema dominante sólo produce para quien pueda pagar por los bienes y servicios, esta masa expulsada del circuito del consumo (por la dinámica concentradora de riqueza en pocas manos) le "sobra" al sistema capitalista, y solo una cantidad reducida (la masa integrada que va quedando detrás de las expulsiones periódicas) le produce ganancia a las grandes empresas y bancos transnacionales que controlan todos los eslabones del mercado y la producción mundial.


Anoten, registren y trasmitan esta advertencia: Líbano, Irak, Gaza, Afganistán, Pakistán, Sudán, Somalía, y Sry Lanka, entre otros (al margen de los objetivos geopolíticos y militares que representan dentro del tablero de la guerra intercapitalista por el apoderamiento del petróleo y de los recursos estratégicos), son teatros experimentales de exterminio militar en masa de "población sobrante" que funcionan bajo la carátula operativa de la "guerra contra el terrorismo".


Esta "solución final" maltushiana aplicada militarmente, que evoluciona de lo simple a lo complejo, tiene un clara línea de continuidad transformacional en los procesos de ocupación militar (Irak y Afganistán) y en los distintos escenarios de "guerra contra el terrorismo" en Asia, África y Medio Oriente.

No se trata de "teoría conspirativa", sino de hechos y de resultantes confrontados dentro de un proceso que repite patrones operativos internacionales, no solo militares, sino políticos, diplomáticos y mediáticos. El último laboratorio experimental de exterminio de "población sobrante" fue Sri Lanka

Por Manuel Freytas


Campamento de refugiados arrasado por los bombardeos en Sri Lanka
(foto publicada en The Times)

Aunque la fórmula (de masacre de civiles) ya fue aplicada por Israel en Líbano y Gaza, la llamada "masacre oculta" de Sry Lanka (la antigua Ceilán) mostró claramente que los niveles de impunidad internacional para esos genocidios son casi totales.

En Sri Lanka, en lo que el gobierno títere de EEUU y de las potencias occidentales calificó como "fase final contra el terrorismo tamil" fueron asesinadas, en sólo cuatro semanas, más de 20.000 civiles, según una investigación del diario británico The Times revelada esta semana. La cifra, triplica la información oficial aportada por la ONU y el gobierno ceilandés. A su vez, la operación de exterminio militar dejó a más 300.000 civiles con sus viviendas destruidas y sometidos a una catástrofe humanitaria sin precedentes.

La masacre, realizada mediante bombardeos aéreos y terrestres ininterrumpidos sobre poblaciones civiles, sentó un precedente de "práctica genocida impune", un procedimiento de exterminio militar aceptado y tolerado sobre la base de la complicidad del "silencio" de los gobiernos mundiales y de las organizaciones internacionales, a los que se sumaron (en calidad de grandes ocultadores y manipuladores) las grandes cadenas mediáticas y sus repetidoras locales a nivel de los cinco continentes.
En los últimos tramos de la "solución final" en Sri Lanka, unas 50.000 personas permanecían -al igual que sucedió en Gaza- en una pequeña franja de territorio atrapadas las 24 horas bajo el fuego cruzado de baterías terrestres, tanques y aviones del gobierno aliado de EEUU y el "eje occidental".

Documentos confidenciales de la ONU en posesión del Times muestran como, a finales de abril, 7.000 personas fueron asesinadas durante los ataques.
A partir de entonces la cifra de muertos se fue incrementando en 1.000 personas diarias hasta el 19 de mayo, un día después de que el líder de los tigres tamiles, Velupillai Prabhakaran, muriera asesinado. Estas cifras coinciden con los datos a los que dice haber tenido acceso el diario británico. Algunas de las víctimas se ven claramente en las imágenes, que muestran la destrucción total de varios campamentos de refugiados. Montículos de arena improvisados como cementerios, casas destrozadas... Son las fotografías de una masacre, señala el Times.

Y tal como ya sucedió en Líbano y en Gaza, EEUU, las potencias y los gobiernos mundiales (a excepción de Cuba, Venezuela, Bolivia e Irán) otorgaron impunidad total al no denunciar la masacre o convocar al Consejo de Seguridad de la ONU para detenerla.


Las grandes cadenas (como ya lo hicieron en Irak, Afganistán, Líbano y Gaza) deformaron y ocultaron la matanza de civiles presentándola como una "guerra entre el gobierno y el terrorismo tamil". En general, los mismos patrones operativos (militares y argumentales) utilizados por EEUU e Israel en Medio Oriente, Asia y África, fueron aplicados por los militares ceilandeses quienes atribuyeron la masacre de civiles a los propios rebeldes tamiles que los "ejecutaban en masa cuando trataban de huir".

Como ya viene sucediendo en Irak, Afganistán, y con las masacres israelíes en Medio Oriente, los gobiernos del mundo (a excepción de Venezuela, Cuba, Irán y Bolivia que denunciaron la masacre) se mantuvieron en "silencio" en total complicidad con EEUU y las superpotencias de la ONU. También se repitió como un calco las clásicas "condenas" de la ONU y de las organizaciones internacionales a la "violencia de ambos lados" sin precisar el exterminio militar del ejército ceilandés como causal principal de la masacre en masa de civiles.

El mismo modus operandi, y también como un calco de otras masacres, se repitió en los titulares de la prensa internacional que presentaban la matanza militar (sistemática, contínua y planificada) como emergente de una guerra entre el "terrorismo" y el ejército de Sri Lanka. Tal como sucedió con Irak, Afganistán, Pakistán, Líbano y Gaza, gobiernos, organizaciones internacionales y medios de comunicación, deformaron y ocultaron las verdaderas causas (capital-imperialistas) de la masacre presentándola como un "conflicto local" entre rivales en igualdad de condiciones y de poder de fuego. De manera tal que, y como viene repitiéndose en los otros teatros de operaciones citados, los Tigres Tamiles sólo equipados con fusiles Kalashnicov y lanzagranadas (como ya sucedió con Hamás y Hezbolá), fueron equiparados en poder de fuego, con los tanques, helicópteros, aviones y baterías terrestres lanzamisiles del ejército ceilandés que barrían a fuego cruzado noche y día los campamentos de refugiados.

En resumen, un "módulo experimental ampliado y corregido" de las operaciones de exterminio militar en masa de "población sobrante" que vienen realizando EEUU, Israel y la OTAN en Asia, África y Medio Oriente.

Pero hay algo más: Nadie puede asegurar que el módulo experimental de exterminio militar en masa de civiles (léase fusilamiento masivo de personas indefensas) no vuelva a ser aplicado, incluso a mayor escala, en otros teatros de conflicto, principalmente en Asia y Medio Oriente, donde tanto EEUU como Israel ya tienen agendadas operaciones militares de "solución final" contra el "terrorismo" en Afganistán, Pakistán, Libano, Gaza, Irán y Siria.

Que el gobierno títere de Sri Lanka (el que, al igual que el Estado de Israel, nunca fue enjuiciado por tribunal alguno internacional por crímenes contra la humanidad) haya considerado públicamente como un "éxito" de la "guerra contra el terrorismo" la matanza de 20.000 civiles en cuatro semanas, revela el nivel de impunidad internacional de estas operaciones de exterminio en masa de "población sobrante" ocultadas sistemáticamente por la prensa y por los gobiernos del sistema a escala global.


La investigación de The Times revela que durante las dos últimas semanas, las fuerzas militares de Sri Lanka asesinaron un promedio de 1000 civiles por día, o sea, un equivalente a más de diez explosiones de la AMIA, la mutual israelita en la Argentina, mientras la población mundial "integrada al sistema" -adormecida por las pantallas mediáticas- planifica sus vacaciones o elabora estrategias de triunfos futbolísticos. ¿Escalofriante? ¿La demencia y la alienación masiva forman parte de las teorías conspirativas? ¿Las matanzas militares planificadas del sionismo capitalista forman parte de la ciencia ficción de Spielberg? ¿El exterminio de "población sobrante" es un invento de la contrainformación?

Esperen lo que viene. Ante el "éxito" del exterminio en masa de "terroristas" (léase de pueblos enteros con "población sobrante para el sistema capitalista) como la de Sri Lanka, Israel y EEUU pueden "animarse" con su agenda militar. En definitiva ¿Qué son 1400 palestinos asesinados en Gaza, o 150 afaganos masacrados por la aviación norteamericana, frente a 20.000 civiles "tamiles" asesinados en sólo cuatro semanas?.

El futuro no tiene limites: La impunidad internacional para la "solución final" ( el exterminio militar masivo de "población sobrante") está garantizada.


Ahora Israel y EEUU van nuevamente por Líbano y Gaza, y hasta Teherán y Damasco no paran.
Al menos que... en Internet comience a circular (en forma de un estallido nuclear de rebelión civil) una consigna final: "Rodear con escudos humanos las embajadas de Israel, EEUU y Europa en el mundo, bloquear empresas y bancos trasnacionales a escala global, impedir, boicotear, paralizar el funcionamiento del sistema capitalista a escala global". Si el sistema capitalista se paraliza, en algún momento se van a detener (por falta de insumos y de provisiones) sus tanques, buques, aviones, submarinos, soldados y bases militares. Se trata de aplicar a escala masiva el arma que hasta ahora nadie utilizó contra el sistema capitalista: El factor humano. La Internet, como red organizativa y totalizadora de operaciones coordinadas hacia blancos y objetivos simultáneos a escala global. Millones de seres humanos -comunicados en tiempo real- impidiendo que los engranajes del sistema capitalista (el asesino serial de "población sobrante") se muevan en el espacio.

No es mala idea, al menos, no es una teoría conspirativa.

IAR Noticias - 31-Mayo-2009
.

22 de mayo de 2009

BILDERBERG 2009

Se celebró del 14 al 17 de mayo la reunión del grupo más influyente y más secreto del mundo
¿Quién acudió este año a la reunión del grupo Bilderberg?

Gorka Larrabeiti
Rebelión


Desde 1954 el grupo Bilderberg, élite político-económico-militar occidental, se reúne a puerta cerrada para acordar líneas de actuación comunes para todos los gobiernos, bancos centrales y organismos internacionales. Este año el marco elegido para el cónclave fue el Nafsika Astir Palace Hotel de Vouliagmeni, una localidad costera a 20 km. de Atenas. Los asistentes fueron unos 130 entre jefes de Estado y de gobierno, ministros de economía, banqueros centrales, economistas, administradores delegados de las principales multinacionales, jefes de Estado Mayor y directores de las redes televisivas y editoriales más importantes de Europa y América del Norte.

No hubo ruedas de prensa ni comunicados oficiales, de modo que no se sabe a ciencia cierta el orden del día. Sin embargo, este año el escritor ruso Daniel Estulin (que lleva años estudiando y publicando libros sobre el Grupo Bilderberg) declaró que había conseguido una copia del orden del día, que sería el siguiente: "El futuro de la economía de EEUU y el dólar; el desempleo en EEUU: soluciones y previsiones; ¿Depresión o estancamiento prolongado?; la ratificación del Tratado de Lisboa".

Dos periodistas, Charlie Skelton para el Guardian, y Paul Dorneanu para infocon.ro, han documentado abundantemente las severas medidas de seguridad que rodeaban el hotel donde se celebró la reunión. Ambos han denunciado que sufrieron persecución, amenazas y que los llevaron a declarar a la comisaría de policía. Todo por intentar informar.

Lean esta lista, tomada del sitio Peace Reporter (hemos puesto en negrita los nombres españoles, corregido el de Gallardón y avanzamos una hipótesis para otro nombre mal transcrito):

Dutch Queen Beatrix

Queen Sofia of Spain

Prince Constantijn (Belgian Prince)

Prince Philippe Etienne Ntavinion, Belgium

Étienne, Viscount Davignon, Belgium (former vice-president of the European Commission)

Josef Ackermann (Swiss banker and CEO of Deutsche Bank)

Keith B. Alexander, United States (Lieutenant General, U.S. Army, Director of the National Security Agency)

Roger Altman, United States (investment banker, former U.S. Deputy Treasury Secretary under Bill Clinton)

Georgios A. Arapoglou, Greece (Governor of National Bank of Greece)

Ali Babaca , Turkey (Deputy Prime Minister responsible for economy)

Francisco Pinto Balsemão, Portugal (former Prime Minister of Portugal)

Nicholas Bavarez, France (economist and historian)

Franco Bernabè, Italy (Telecom Italia)

Xavier Bertrand, France (French politician connected to Nicolas Sarkozy)

Carl Bildt, Sweden (former Prime Minister of Sweden)

January Bgiorklount, Norway (?)

Christoph Blocher, Switzerland (industrialist, Vice President of the Swiss People's Party)

Alexander Bompar, France (?)

Ana Patricia Botin, Spain, (President of Banco Banesto)

Henri de Castries, France (President of AXA, the French global insurance companies group)

Juan Luis Cebrián, Spain (journalist for Grupo PRISA; his father was a senior journalist in the fascist Franco regime)

W. Edmund Clark, Canada (CEO TD Bank Financial Group)

Kenneth Clarke, Great Britain (MP, Shadow Business Secretary)

Luc Cohen, Belgium (?)

George David, United States (Chairman and former CEO of United Technologies Corporation, board member of Citigroup)

Richard Dearlove, Great Britain (former head of the British Secret Intelligence Service)

Mario Draghi, Italy (economist, governor of the Bank of Italy)

Eldrup Anders, Denmark (CEO Dong Energy)

John Elkann, Italy (Italian industrialist, grandson of the late Gianni Agnelli, and heir to the automaker Fiat)

Thomas Enders, Germany (CEO Airbus)

Jose Entrecanales, Spain (?)

Isintro phenomena casket, Spain (?) (¿Isidro Fainé, presidente de la Caixa?)

Niall Ferguson, United States (Professor of History at Harvard University and William Ziegler Professor at Harvard Business School)

Timothy Geithner, United States (Secretary of the Treasury)

Ntermot convergence, Ireland (AIV Group) (?)

Donald Graham, United States (CEO and chairman of the board of The Washington Post Company)

Victor Chalmperstant, Netherlands (Leiden University)

Ernst Hirsch Ballin, Netherlands (Dutch politician, minister of Justice in the fourth Balkenende cabinet, member of the Christian Democratic Appeal)

Richard Holbrooke, United States (Obama's special envoy for Afghanistan and Pakistan)

Jaap De Hoop Scheffer, Netherlands (Dutch politician and the current NATO Secretary General)

James Jones, United States (National Security Advisor to the White House)

Vernon Jordan, United States (lawyer, close adviser to President Bill Clinton)

Robert Keigkan, United States (? - possibly Robert Kagan, neocon historian)

Girki Katainen, Finland (?)

John Kerr (aka Baron Kerr of Kinlochard), Britain (Deputy Chairman of Royal Dutch Shell and an independent member of the House of Lords)

Mustafa Vehbi Koç, Turkey (President of industrial conglomerate Koç Holding)

Roland GT, Germany (?)

Sami Cohen, Turkey (Journalist) (?)

Henry Kissinger, United States

Marie Jose Kravis, United States (Hudson Institute)

Neelie Kroes, Netherlands (European Commissioner for Competition)

Odysseas Kyriakopoulos, Greece (Group S & B) (?)

Manuela Ferreira Leite, Portugal (Portuguese economist and politician)

Bernardino Leon Gross, Spain (Secretary General of the Presidency)

Jessica Matthews, United States (President of the Carnegie Endowment for International Peace)

Philippe Maystadt (President of the European Investment Bank)

Frank McKenna, Canada (Deputy Chairman of the Toronto-Dominion Bank)

John Micklethwait, Great Britain (Editor-in-chief of The Economist)

Thierry de Montbrial, France (founded the Department of Economics of the École Polytechnique and heads the Institut français des relations internationales)

Mario Monti, Italy (Italian economist and politician, President of the Bocconi University of Milan)

Miguel Angel Moratinos, Spain (Minister of Foreign Affairs)

Craig Mundie, United States (chief research and strategy officer at Microsoft)

Egil Myklebust, Norway (Chairman of the board of SAS Group, Scandinavian Airlines System)

Mathias Nass, Germany (Editor of the newspaper Die Zeit)

Denis Olivennes, France (director general of Nouvel Observateur)

Frederic Oudea, France (CEO of Société Générale bank)

Cem Özdemir, Germany (co-leader of the Green Party and Member of the European Parliament)

Tommaso Padoa-Schioppa, Italy (Italian banker, economist, and former Minister of Economy and Finance)

Dimitrios Th.Papalexopoulo, Greece (Managing Director of Titan Cement Company SA)

Richard Perle, United States (American Enterprise Institute)

David Petraeus, United States (Commander, U.S. Central Command)

Manuel Pinho, Portugal (Minister of Economy and Innovation)

J. Robert S. Prichard, Canada (CEO of Torstar Corporation and president emeritus of the University of Toronto)

Romano Prodi, Italy (former Italian Prime Minister and former President of the European Commission)

Heather M. Reisman, Canada (co-founder of Indigo Books & Music Inc.).

Eivint Reitan, Norway (economist, corporate officer and politician for the Centre Party)

Michael Rintzier, Czech Republic (?)

David Rockefeller, United States

Dennis Ross, United States (special adviser for the Persian Gulf and Southwest Asia to Secretary of State Hillary Clinton)

Barnett R. Rubin, United States (Director of Studies and Senior Fellow, Center for International Cooperation)

Alberto Ruiz Gallardón, Spain (?)

Susan Sampantzi Ntintzer, Turkey (?) Guler Sabanci, President of Sabanci Holdings (?)

Indira Samarasekera, Canada (President of University of Alberta, Board of Directors Scotiabank)

Rountol Solten, Austria (?)

Jürgen E. Schrempp, Germany (CEO DaimlerChrysler)

Pedro Solbes Mira, Spain (economist, Socialist, Second Vice President and Minister of Economy and Finance)

Sampatzi Saraz, Turkey (banker) (?) possibly Süreyya Serdengeçti (former Governor of the Central Bank of Turkey) http://arsiv.zaman.com.tr/2002/05/29/ekonomi/h6.htm

Sanata Seketa, Canada (University of Canada) (?)

Lawrence Summers, United States (economist, Director of the White House's National Economic Council)

Peter Sutherland, Ireland (Chairman, BP and Chairman of Goldman Sachs International)

Martin Taylor, United Kingdom (former chief executive of Barclays Bank, currently Chairman of Syngenta AG)

Peter Thiel, United States (Clarium Capital Management LCC, PayPal co-founder, Board of Directors, Facebook)

Agan Ourgkout, Turkey (?)

Matti Taneli Vanhanen, Finland, (Prime Minister)

Daniel L. Vasella, Switzerland (Chairman of the Board and Chief Executive Officer at Novartis AG)

Jeroen van der Veer, Netherlands (CEO of Royal Dutch Shell)

Guy Verhofstadt, Belgium (former Prime Minister)

Paul Volcker, U.S. (former Federal Reserve director, Chair of Obama's Economic Recovery Advisory Board)

Jacob Wallenberg, Sweden (chairman of Investor AB and former chairman of Skandinaviska Enskilda Banken)

Marcus Wallenberg, Sweden (CEO of Investor AB, former chairman of Skandinaviska Enskilda Banken)

Nout Wellink, Netherlands (Chairman of De Nederlandsche Bank, Board of Directors, the Bank of International Settlements)

Hans Wijers, Netherlands (CEO of the multinational corporation AkzoNobel)

Martin Wolf, Great Britain (associate editor and chief economics commentator at the Financial Times)

James Wolfensohn, United States (former president of the World Bank)

Paul Wolfowitz, United States (for U.S. Deputy Secretary of Defense, President of the World Bank, currently AEI scholar)

Fareed Zakaria, United States (journalist, author, and CNN host)

Robert Zoellick, United States (former managing director of Goldman Sachs, President the World Bank)

Dora Bakoyannis, Greece (Minister of Foreign Affairs)

Anna Diamantopoulou, Greece (Member of Parliament for the Panhellenic Socialist Movement)

Yannis Papathanasiou, Greece (Minister of Finance)

George Alogoskoufis, Greece (former Minister)

George A. David, Greece (businessman, president of Coca-Cola)
- - -
Fuente:
www.rebelion.org
.

11 de mayo de 2009

¿"Terapia de shock" por un gobierno mundial?

La manipulación del temor se ha convertido en una fuerza propulsora de la política mundial. ¿Es esto parte de la arremetida sistémica para generar un gobierno global?...
El ariete del miedo
Por Enrique Lacolla


La manipulación del temor se ha convertido en una fuerza propulsora de la política mundial. ¿Es esto parte de la arremetida sistémica para generar un gobierno global?

El mundo actual es complejo y sus coordenadas tienen por fuerza que ser incomprensibles para quienes lo viven -o lo sufren- si no cuentan con una visión panorámica que abarque sus características generales. Este suele ser el caso, sin embargo, de la mayoría de la gente, que padece sus envites y remolinos sin representarse bien lo que está pasando. La política y la información suelen estar tan sesgadas a favor de los intereses dominantes que esa comprensión se hace casi imposible. Un texto abarcador, por breve y en consecuencia simplista que sea, siempre puede ser útil. Para quienes lo leen, y para quien lo escribe, pues le permite ordenarse otra vez resumiendo lo percibido y reasumiéndolo de nuevo como plataforma para desentrañar la realidad.

El punto inicial es percibir el conjunto como unidades de tiempo y distinguir en ellas las tendencias dominantes que marcaron su curso. Hay muchas definiciones. Dejamos de lado las que están influidas en forma manifiesta por los intereses de parte y recitan la Vulgata de la democracia formal, con la eterna lucha entre el bien y el mal, abstraída de las circunstancias históricas. Entre las otras formas de acercarse a nuestro tiempo, elegimos la del materialismo histórico. La clásica es la de Eric Hobsbawm, que define a nuestra época como “la era de los extremos” y se refiere al “siglo XX corto” como el contenido en el espacio cronológico que va de 1914 a 1989, aproximadamente. También está la de Giovanni Arrighi, que habla del “siglo XX largo” y se remonta a los albores de la Edad Moderna para examinar el desarrollo del capitalismo, el fenómeno que más profundamente ha modificado el planeta desde el surgimiento de las sociedades organizadas. Y asimismo la de Samir Amin,[1] que pone el énfasis en la crítica sistemática del capitalismo. Se nos ocurre que la más pertinente a los fines de esta nota es la de Hobsbawm, pues ofrece un espacio más manejable y provisto de rasgos más reconocibles para el público, aunque no es necesario que se hayan de compartir todos sus puntos de vista.

El hecho fundamental sobre el que se asienta nuestra época es la crisis de senectud del modelo capitalista y la necesidad de encontrarle una alternativa que permita continuar la expansión tecnológica y económica sin poner al mundo al filo de la explosión. El punto crítico en esta ecuación es a su vez la necesidad de establecer algún tipo de gobierno mundial que no esté gravado por los rasgos que identifican al sistema capitalista: la concentración inclemente de la ganancia en base a su principio fundador, la maximización de esta, no importa cuál sea el precio que los seres humanos hayan de pagar por ella. Esta hipótesis, que enfatiza la legitimidad del predominio del más fuerte, hizo carrera en diversos uniformes ideológicos, pero es quintaesencial al sistema. Esta misma hipótesis es, sin embargo, la del modelo que sigue estando en vigencia, propulsado por los centros de poder, que persisten en la instalación de un sistema supranacional de libre mercado caracterizado por el desarrollo desigual.

No hay duda de que, al reparo del capitalismo, se produjeron desarrollos económicos y científicos espectaculares que dinamizaron al mundo, arrancándolo de la lentitud con que había estado evolucionando. Pero a la vez tensó la cuerda hasta el punto de ruptura y hoy es el día en que sigue estirándola al proponer un esquema unitario global fundado en ese mismo principio. De concretarse esa aspiración, la polarización distintiva del sistema implicaría el reino de la desigualdad absoluta y nos llevaría al fin de la historia, pero no en la acepción de Francis Fukuyama –que advertía sobre la aparición de una suerte de era del aburrimiento, con un poder central dispensador de dádivas o represión policíaca, según los casos- sino en la de una sucesión de estallidos que podrían arrastrar a todos por igual.

Nuestro tiempo puede ser definido justamente por este rasgo central, la lucha por la hegemonía y, simultáneamente, por los motivos ideológicos que se infiltraron en esa disputa primaria y que en algunos casos profundizaron esta y en otros intentaron inyectarle un principio de coherencia superadora del caos. Estos son los aspectos que hacen a nuestra época tan terrible e interesante a la vez.

Imperialismos


La lucha por la hegemonía mundial moderna preexistía a la primera guerra mundial, pero fue esta la que la hizo explícita. El mapa se dividió, entre 1914 y 1945, entre las potencias establecidas, que intentaban conservar lo ganado, y las potencias emergentes, que ponían en discusión esa supremacía. Las primeras residían en Europa, en Gran Bretaña y Francia básicamente, y las segundas se fueron articulando en unos pocos estados europeos que intentaron modificar el sistema. Alemania en lo esencial, e Italia en segunda fila, arribadas con retardo a su revolución burguesa, intentaron recuperar el tiempo perdido y en algún momento se lanzaron al asalto de la fortaleza. Otras potencias exteriores a Europa, sin embargo, se constituirían en las ganadoras de esta disputa civil europea; Estados Unidos, en primer término, expresión del sistema capitalista más concentrado, beneficiario de una posición geopolítica envidiable y emblemático del concepto de Nación-continente, avanzaría hasta constituirse en la primera superpotencia del mundo. Rusia, por su parte, replicaría a marchas forzadas esa evolución, en condiciones muchísimo más difíciles, y Japón, por su lado, daría una expresión distorsionada al despertar de los pueblos coloniales cuando se lanzó a fundar una Esfera de Coprosperidad Asiática en la cual el Imperio nipón asumía las veces de los imperios europeo y norteamericano.

El choque se produjo en primer término en Europa, donde Alemania puso en tela de juicio, por su peso económico, su poder militar y su disciplina social, al predominio franco-británico. Situada en el centro del continente, disfrutaba de unas líneas de comunicación internas que le permitían aplicar presión militar en el oriente y en el occidente sin exagerar su despliegue logístico. Gran Bretaña era la potencia mandante en el bando aliado, que integraba a Francia y a Rusia, y hacía tiempo que veía el crecimiento alemán como una amenaza a ese equilibrio de poderes en el cual ella había representado durante siglos el fiel de la balanza, cosa que le permitía ejercer una primacía de hecho en los asuntos mundiales.

La dinámica implícita en estas rivalidades acarreó el estallido de la guerra cuando se produjo una situación propicia, como fue el asesinato de Sarajevo. El choque militar derivó a una situación de impasse, que se rompió primero al producirse la revolución de 1917 en Petrogrado, que sustraería a Rusia del conflicto y permitiría que Alemania volcase todo su esfuerzo sobre el frente occidental; y poco después con la entrada de Estados Unidos en el conflicto, que dotó al bando aliado de un peso específico y de un material humano que iba a cerrar las brechas abiertas entre los contendientes europeos por la irracional guerra de desgaste. La victoria aliada, sin embargo, no fue aprovechada para efectuar un reordenamiento racional del planeta.

Veinte años más tarde el mismo escenario se repitió, a escala mucho más grande todavía. Adolfo Hitler libró una batalla contra el tiempo al pretender configurar a su país como una nación-continente, similar los mismos Estados Unidos y a la Unión Soviética. La locura de su pretensión residía en su descabellado voluntarismo y en el mito de la superioridad biológica de la raza alemana, que cegaron cualquier posibilidad de reclutar a la población no germánica al servicio de su idea. Cuatro años antes de su muerte en el bunker de la cancillería de Reich, Hitler se había suicidado invadiendo a Rusia a fin de poner en práctica sus aspiraciones a expensas de la población eslava.

Estados Unidos salió como el único auténtico vencedor de la segunda guerra mundial y esto sentó su preponderancia. La Unión Soviética, desangrada y técnicamente más atrasada que el poder norteamericano, sólo hasta cierto punto podía contrabalancearlo. Después de de treinta años de “guerra fría” la URSS en definitiva se reveló incapaz de igualar el dinamismo del bloque occidental liderado por Washington. Vaciada de los contenidos ideológicos que la habían impregnado en sus orígenes y que habían servido de modelo a la rebelión de muchos pueblos coloniales después de la guerra, se derrumbó sobre sí misma.

El eclipse del último contendiente de peso que se plantaba frente al modelo anglosajón de concentración capitalista, dio a este la convicción de que el camino estaba expedito para implantar una hegemonía por la que trabajaba desde los ’70, desde el momento en que los reaganomics, la escuela de Chicago y el consenso de Washington habían lanzado un programa económico dirigido a abolir las conquistas del “Estado Benefactor”. Estas se habían articulado en Occidente como expediente para pacificar su frente interior, muy conmovido por la guerra, salvo en Estados Unidos, y enfrentar a Rusia.

La financiarización de la economía, su énfasis en lo especulativo antes que en lo productivo; la agresión contra el Estado en tanto este podía funcionar como elemento equilibrante y moderador entre las clases y el crecimiento tecnológico que minaba las bases sobre las que se había asentado la anterior sociedad al reducir el empleo y envolver al mundo en una red de comunicaciones instantáneas, cambiaron las coordenadas de la situación mundial. La ambición hegemónica estuvo siempre presente en el bloque anglosajón, expresivo de las tendencias más radicales del sistema capitalista. La caída de la URSS suministró la ocasión tan deseada de uniformar el planeta de acuerdo a los criterios de los grupos que concentran el dinero y con él monopolizan los campos de la economía, la tecnología, el poder político, el espacio comunicacional y, lo último pero no lo menos importante, el poder militar.

La terapia del electroshock


“La terapia del shock” denominó Naomi Klein [2], siguiendo una frase acuñada por Eduardo Galeano, a la forma en que el sistema dominante tuvo y tiene de asentar su poder. A partir de los ’70 una serie de experimentos en desestabilización se cebaron en Indonesia y en los países de América latina, creando las condiciones para el derrocamiento de los gobiernos populares y para la implantación de las dictaduras militares que aplicaron por la fuerza los principios del librecambio y la abolición de la función del Estado como elemento moderador de la lucha entre las clases, reservándole tan sólo la potestad policial, de la que hicieron uso a una escala sin precedentes. La floración de una inestabilidad fogoneada por el simplismo político de los sectores extremistas de la guerrilla suministró el pretexto para los golpes de Estado, que abrieron el camino a la opción represiva, cuya oleada barrió con la insurgencia pero también con las estructuras sindicales y con los parámetros defensivos de las sociedades sometidas a ese tratamiento. Cuando las dictaduras agotaron su función, se consintió el paso a la instalación de unas democracias domesticadas, que permitían al sistema global salvar la cara y que no hacían sino refrendar legalmente el curso asumido por los regímenes de fuerza que las habían precedido.

El modelo neoliberal avanzó sin trabas por el mundo, erradicando resistencias y reduciendo a los sectores populares a condiciones de indefensión sin paralelo en el pasado. La oleada pareció quebrarse al cambiar el siglo, como consecuencia de las revueltas anárquicas que provocó en América latina, por ejemplo; pero estas no llegaron a concretarse en una efectiva reversión del modelo salvo en contados países, como Venezuela y Ecuador, que no disponen de un peso geoestratégico suficiente como para crear una alternativa. Una década más tarde, la crisis del modelo implantado por la Escuela de Chicago se hizo aun más patente, al determinar la implosión del mercado de capitales en Estados Unidos y la extensión de ese cataclismo al resto del mundo.

¿estamos frente a una crisis sistémica determinada por las contradicciones del capitalismo, o estamos asistiendo a otro capítulo de la terapia del shock?


Ahora bien, ¿estamos frente a una crisis sistémica determinada por las contradicciones del capitalismo, o estamos asistiendo a otro capítulo de la terapia del shock? Por aventurado que pueda parecer, nos decantaríamos más bien por la segunda hipótesis. La metodología probada, a escala nacional o regional, en la década de 1970, podría extenderse, en alas de la crisis económica, a todo el globo, a fin de instaurar un gobierno mundial que se ejerza, manu militari, sobre el conjunto de la sociedad moderna.

El terrorismo se ha convertido en el tema recurrente de la doctrina de la seguridad mundial que manejan los centros de poder. ¿Pero se trata de un terrorismo espontáneo, o es inducido por el sistema? La guerrilla sirvió, en los ’70, para ayudar a confinar a los movimientos de corte nacional y popular en un vacío político al desacreditarlos por el ejercicio marginal de una violencia que estaba fuera de escala respecto de los objetivos que se proponía. Ahora el fantasma del Terror, con mayúscula, suministra el pretexto para un contraterrorismo de alcances mucho mayores que el del fenómeno al que dice querer combatir.

“Shock and awe”


En el vocabulario militar a veces se expresa la realidad con una crudeza y transparencia que no se suelen encontrar en el ámbito diplomático o político. La guerra lanzada contra Irak en 2003 se realizó bajo el lema del“shock and awe” (shock y temor reverencial). La expresión es reveladora y se conecta con la doctrina que en los ’70 sirvió para poner de rodillas a las clases o a los Estados díscolos respecto al modelo. Hay inclusive un matiz de cierta religiosidad en la frase, como si exigiese la prosternación del sujeto pecador ante la deidad que impone el orden.


El miedo se ha convertido en el invitado de todos los días en los medios de comunicación
. Y cada vez abarca a círculos más amplios de gente. Los elementos que producen el caos existen, desde luego. Pero en la maraña informativa que lo ilustra que enfatiza son consecuencias y no las causas que lo producen. Los coches bomba, los terroristas suicidas, el desempleo que crece y alcanza ya a las naciones industrializadas, la inseguridad, la droga, el desorden económico y las plagas que no cesan de aflorar de un tiempo a esta parte a lo largo y a lo ancho del planeta –el sida, la gripe aviar, la gripe porcina, el calentamiento global-, son vectores de miedo a gran escala.

Frente a esta avalancha de informaciones nefastas, ¿no llegará el momento en que la opinión mayoritaria, poco predispuesta al análisis circunstanciado de los problemas, reclame un solo gobierno mundial para oponerse al caos general que se instala en el planeta?

El fomento de la ansiedad y la incertidumbre puede ser el expediente maestro para lograr ese punto de ruptura psicológica [3]. La crisis económica en este sentido puede fungir como detonante de una etapa de inestabilidad creciente, que sin embargo no provocará cambios sistémicos porque en principio el sistema dominante no cree tener que vérselas con una oposición político-militar e ideológica capaz de sostener la apuesta.

Hay unas expresiones de Henry Kissinger que resumen, velándolo apenas, este punto de vista. “En definitiva –dice Kissinger- la tarea principal es definir y formular las preocupaciones generales de la mayoría de los países, así como de todos los grandes Estados respecto de la crisis económica, teniendo en cuenta el temor a una Jihad terrorista… De inmediato esto debería ser acordado en relación a una acción estratégica… Así los Estados Unidos y sus socios potenciales se otorgarán una oportunidad única para transformar este instante de crisis en una visión cargada de esperanza…”

Este objetivo se asemeja, salvando las diferencias determinadas por las distintas circunstancias históricas y por la evolución cultural que se ha producido, a la desaforada pretensión hitleriana de imponer por la fuerza un Nuevo Orden en Europa. Pero la tentativa actual en el sentido de disciplinar el planeta generando un totalitarismo de nuevo género (militar, tecnológico, espacial, informático, económico, comunicacional, cultural y político), es mucho más abarcadora que la del nazismo, y se envuelve además en una apariencia de espontaneidad que la hace doblemente peligrosa. La multiplicación indiscriminada de la información, su confusa distribución y la inserción eventual de puntos de vista que escapan a la ideología dominante pero que naufragan en la multiplicidad oceánica de una oferta informativa inabarcable, dan a esta una apariencia de espontaneidad que la hace mas creíble. Ello tiende a paralizar la capacidad de intelección del público y convertirlo en una marioneta de los dueños del sistema, haciéndolo dócil a los impulsos que le caen encima.

Los Estados Unidos, otrora reducto de una legalidad republicana que funcionaba por cierto a favor de las clases poseyentes, pero que poseía un código de justicia que imponía ciertos límites a los excesos del poder económico, está en tren de perder sus preciadas libertades civiles, mientras la Reserva Federal sigue determinando el curso de la economía mundial, con escasa ingerencia del poder político.

Es significativo que, en medio de la barahúnda, no se haya pensado en ningún momento en reducir los gastos militares. De hecho el presupuesto militar de Estados Unidos ha sido incrementado una vez más, a pesar de que representa ya más que los gastos que en ese rubro se generan en el resto del mundo. Al paso que vamos, la crisis que sacude a las grandes potencias puede desembocar en una dislocación geopolítica mundial, que brindará la ocasión de hacer “productiva” esa inversión y ofrecerá una oportunidad –riesgosa, pero oportunidad al fin-, de mantener la preponderancia norteamericana y arribar, por ese expediente, a acelerar los ritmos de un gobierno mundial que tendría, desde luego, a Washington como centro irradiante del poder.

Sobran los escenarios para desencadenar el conflicto e incluso hacer aparecer a EE.UU. como víctima de una agresión ante su propia opinión pública. Un ataque terrorista en gran escala contra Norteamérica, la cambiante situación de Pakistán y el pretexto que brindaría la posible amenaza de su armamento nuclear; Irán y las tensiones en el área del Golfo, el Cáucaso y el Asia central son polvorines a cielo abierto. La réplica o los remezones que los estallidos en esos lugares podrían provocar, no tienen porqué disuadir a los grupos anónimos que configuran la estrategia global de seguir adelante para salvaguardar los fundamentos de su hegemonía planetaria. Envueltos en su invisibilidad o su carácter inasible, esos núcleos de poder se convierten en un deus ex machina ciego, incapaz de sentir el peso de su propia responsabilidad.

Compete a las élites políticas y militares del planeta, sin embargo, comprender lo que está pasando y esforzarse por frenar la deriva hacia el caos, disfrazada de proyecto de un orden mundial que no puede ser, de hecho, otra cosa que un monumental desorden.

[1] Samir Amin: El capitalismo en la era de la globalización, págs. 17 a l9. Paidós 1999, Barcelona.
[2] Naomi Klein: La doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre. Paidós 2007, Barcelona.
[3] Citado por Olga Chetvérikova en Une crise utilisée comme moyen pour instaurer un État totalitaire mondial, Global Research del 2 de mayo de 2009.

Fuente: www.enriquelacolla.com

(lo resaltado en negrita o en color NO está en el original)
.

6 de mayo de 2009

Limpieza étnica en Jeruselén

Los medios de informa-sión no dirán nada de ésto:
Israel: Miles de palestinos al borde del desalojo

Decenas de miles de palestinos de Jerusalén oriental están en peligro inminente de quedarse sin casas tras las primeras órdenes de desalojo contra residentes del barrio de Silwan, denunció la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).

Por David Cronin - IPS
Al menos 60.000 palestinos, de los 225.000 que residen en Jerusalén oriental, podrían perder sus viviendas pues las autoridades emitieron órdenes de desalojo alegando que son ilegales, señaló OCHA en un informe divulgado el viernes.

Unos 90 edificios habitados por palestinos fueron destruidos en 2008, lo que dejó a unas 400 personas sin hogar.

Las demoliciones forman parte de una política sistemática de Israel para mantener su predominio en esta ciudad, pese a las muchas resoluciones de las Naciones Unidas que determinaron la ilegalidad de la construcción de asentamientos en Jerusalén oriental.

Hasta ahora, un tercio de Jerusalén oriental ha sido expropiado y 200.000 colonos se han instalado en el área.

Desde una tienda de campaña, cuyas paredes están hechas de redes negras que cuelgan de un techo de lona con clavos y maderos, se organiza la defensa de unos 1.500 palestinos en peligro inminente de perder sus casas.

Fakhri Abu Diab vive desde hace 47 años en el barrio de Silwan, pero le dijeron que él y su familia debían abandonar la vivienda pues las autoridades pretenden extender un plan de arqueología bíblica.

Unas 88 viviendas tienen orden de demolición, según la municipalidad de Jerusalén, para ampliar la Ciudad de David, un parque que rinde honores al rey que conquistó esta ciudad hace tres milenios.

La bandera israelí que flamea en la fachada de un reluciente edificio de apartamentos sobre una colina desde la que se ve la tienda, revela las verdaderas intenciones de la municipalidad, remarcó Diab.

Las autoridades tampoco disimulan lo que han gastado en seguridad para proteger a los colonos israelíes que ocupan el edificio. En cambio, a la comunidad árabe, que está aquí desde mucho antes, le falta una escuela secundaria y servicios esenciales.

"Sabemos que la municipalidad quiere instalar colonos aquí", señaló Diab. "No quieren que estemos aquí, no quieren que haya palestinos".

Al igual que muchos de sus vecinos, Diab vive en una casa construida antes de la invasión israelí de Jerusalén oriental en 1967. "Vivimos aquí desde hace generaciones. No tengo otro lugar adonde ir".

Un breve paseo por la zona del histórico hotel American Colony permite ver que los residentes del barrio Jeque Jarrah se preparan para otra ola de demoliciones.

En 1972, dos organizaciones de colonos israelíes convencieron a las autoridades de que registraran a su nombre unos 28.000 metros cuadrados.

Activistas de Escocia y República Checa fuman y toman café en el salón de la casa de Maher Hanun, quien se niega desde hace tiempo a pagar la renta exigida por las organizaciones de colonos. Incluso el año pasado estuvo preso unos días por no respetar los términos de la orden de desalojo.

"Varias veces abogados de colonos israelíes nos han ofrecido dinero", relató Hanun. "Pero no se trata de eso. Esta es la casa donde nací y donde nacieron mis cinco hijos. Quieren construir 250 apartamentos para ellos después de que nos echen".

Hanun, quien lleva adelante una prolongada batalla legal, prometió seguir resistiendo. "No peleamos con armas", apuntó. "Luchamos con nuestros cuerpos y nuestras voces".

Otro caso emblemático es el de la familia Al-Kurd que vivía en una casa construida en el marco de un proyecto conjunto del gobierno jordano y de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés).

La iniciativa se propuso realojar a unas 28 familias palestinas desplazadas por el conflicto de 1948, considerado por Israel una guerra de independencia y calificado de "nakbah" (catástrofe) por los palestinos.

En noviembre de 2008, soldados israelíes desalojaron por la fuerza a toda la familia. Ese mismo mes, Mohammad Al-Kurd, conocido como Abu Kamel, murió de un infarto atribuido a la impresión que le causó lo ocurrido.

En la década de los 90, la entonces secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Madeleine Albright, logró detener la construcción de asentamientos israelíes en Ras Al-Amud, otra localidad de Jerusalén oriental.

Los trabajos prosiguieron en cuanto ella abandonó el cargo, pero activistas de derechos humanos lo recuerdan como un ejemplo de lo que se puede lograr en los contados casos en que el principal aliado de Israel lo somete a una intensa presión.

En cambio, la actual secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, emitió una suave reprimenda por la ampliación de asentamientos, que calificó de "poca ayuda".

Por su parte, la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), reconoció en un documento interno filtrado a la prensa a principios de este año, que las actividades de Israel en Jerusalén y sus alrededores "constituyen uno de los mayores desafíos" a superar para lograr un acuerdo de paz con los palestinos.

Es la segunda vez que la Comisión Europea reconoce el problema en los últimos años, indicó Jeff Halper, del Comité Israelí contra la Demolición de Viviendas. Pero nunca se han tomado medidas al respecto.

Sin embargo, Halper se mostró confiado de que con el gobierno estadounidense de Barack Obama y la repugnancia que causó el último ataque de Israel al territorio palestino de Gaza, del 27 de diciembre al 19 de enero, Washington y la UE se sientan obligados a reclamar a Israel un verdadero cambio de conducta.

"La gente comienza a denunciar la situación como nunca antes", señaló. Pero "es muy pronto para decir si los últimos acontecimientos marcan el principio de una nueva era o es sólo un fenómeno pasajero".


Fuente: (IAR Noticias) 05-Mayo-09
.

1 de mayo de 2009

Pandemia desinformativa

"Ningún gobierno, partido político u organización social del sistema (que se valen de los medios para conseguir legitimidad social) se atreven a enfrentar el poder omnímodo de la corporación periodística por temor a ser lapidados o convertidos en "leprosos sociales" a través de la manipulación informativa"

La "pandemia desinformativa"
¿Quién los controla?: La manipulación mediática con la psicosis de la "gripe porcina"

La psicosis mundial instalada mediáticamente con la pandemia de "gripe porcina" revela una vez más el poder y los alcances de los grandes consorcios informativos como manipuladores y generadores de conducta masiva a escala global. La información científica que relativiza y minimiza el carácter "pandémico" de la epidemia pierde relevancia y es puesta como un elemento de segunda importancia frente a informes superficiales y "catastróficos" lanzados por la corporación mediática en su afán de lucro y de rating.

Por Manuel Freytas

Las grandes cadenas mediáticas internacionales así como los monopolios locales de la información (a nivel países), no obstante ser empresas comerciales que funcionan sujetas a la ley de rentabilidad capitalista, carecen de una normativa reguladora de sus actividades como la que tiene cualquier empresa de mercado.

En cualquier lugar del planeta (tanto en los países centrales como periféricos) el proceso de fabricación y distribución de la información, no está motivado por la necesidad de "informar" sino por la necesidad capitalista de vender noticias (el producto).

Para ello los medios de comunicación (al igual que cualquier empresa capitalista) generan necesidades masivas de consumo en la sociedad (el mercado), y trazan estrategias informativas destinadas a favorecer su crecimiento empresarial y posicionarse para competir con éxito en el mercado (la búsqueda de ganancia).

No obstante esta realidad, la actividad de los medios de comunicación (uno de los rubros más rentables de la economía capitalista), integrantes privilegiados del establishment económico, está rodeada de una aureola de "misión social" que los exime de cualquier crítica o investigación sobre sus métodos para recabar (fuente), interpretar (procesamiento) y difundir información (comunicación pública).

Ningún gobierno, partido político u organización social del sistema (que se valen de los medios para conseguir legitimidad social) se atreven a enfrentar el poder omnímodo de la corporación periodística por temor a ser lapidados o convertidos en "leprosos sociales" a través de la manipulación informativa.

Y hay otra situación que convierte en "intocables" a los medios de comunicación: Su altísimo potencial formador y orientador de conducta social a escala masiva (conseguido a través de la manipulación informativa) los convierte en la columna vertebral de las estrategias de dominio del sistema capitalista a escala global.

Esta es la razón principal por la cual en ningún país del mundo (y consecuentemente a nivel internacional) no existen normas reguladoras ni tribunales de juzgamiento para el funcionamiento de las empresas periodísticas mitificadas como medios al "servicio del bien social".

De manera tal que las grandes empresas periodísticas que hegemonizan el rol de "formadores de opinión publica" son las únicas que gozan de "libre mercado ilimitado", y sus informaciones y formas de "informar" también gozan de impunidad ilimitada.

Esto explica porqué las grandes cadenas "informativas" internacionales (y los medios locales) han creado con total impunidad una psicosis mundial con el contagio del virus de "gripe porcina", que -hasta ahora- ninguna autoridad u organización internacional ha definido con claridad de qué se trata en realidad.

Hasta el momento, ni los gobiernos ni las organizaciones internacionales de la salud han logrado describir ni probar con precisión el origen, la veracidad de que los casos detectados sean efectivamente de "gripe porcina", ni el grado de gravedad y alcance internacional que puede tener la epidemia.

No obstante, la maquinaria mediática internacional ya creó una psicosis mundial y el aislamiento de países y sociedades enteras (como es el caso de México) sembrando el terror con grandes titulares e imágenes sobre el "avance indetenible" del virus a escala global.

Manipulación y realidad

Contradiciendo más de una semana de bombardeo mediático con la "pandemia porcina", el jueves la Organización Mundial para la Alimentación y Agricultura (FAO) reveló que hasta el momento no hay pruebas que demuestren que el cerdo sea el agente responsable del brote de gripe porcina que ha causado la muerte de personas en México, y centenares de hospitalizados en Estados Unidos y otros países.

"Actualmente, no existen ningún tipo de pruebas que demuestren que el virus de la gripe AH1N1 que se tramite de persona a persona esté relacionada por el contagio de cerdos en México o en otros países del mundo", subrayó un comunicado de la FAO a la prensa.

De acuerdo con el informe, a partir de las investigaciones y las conclusiones formuladas por científicos, el consumo de carne de cerdo o derivados no son elementos de riesgo para contraer el virus.

La información de la FAO se agrega al dato de que en Latinoamérica no se ha confirmado ningún caso de la enfermedad fuera de México, en donde de las 176 víctimas fatales causadas por la epidemia, sólo nueve -según las autoridades sanitarias- fueron causadas por la llamada "fiebre porcina".

Por otra parte, la OMS informó el jueves que ha dejado de utilizar el término "influenza porcina" para evitar la confusión en torno al peligro de contagio que podrían tener los cerdos. En vez de ello, sugiere que se deber referir al virus por su nombre científico "Influenza A H1N1".

Además, el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gregory Hartl, reconoció el martes que este organismo todavía no sabe por qué la gripe porcina está siendo más grave en México que en otros países donde se ha detectado, al tiempo que precisó que la agencia de la ONU no es partidaria de que se impongan restricciones de viaje o se cierren fronteras.

Un reputado científico argentino, el doctor Daniel Stamboulian, miembro fundador y presidente de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (Funcei), dijo a Reuters que "La aparición de casos de un nuevo tipo de gripe puede continuar en todo el mundo, pero eso no debería generar pánico debido a que fuera de México el virus está evolucionando como una gripe clásica".

"Lo que tenemos que tener presente es que esta gripe porcina se está comportando, salvo en México, como una gripe estacional y no como una gripe virulenta como es la gripe aviar", señaló el experto epidemiólogo.

No obstante la impresionante cantidad de especialistas que (a nivel local e internacional) se plantean dudas sobre el origen y los verdaderos alcances de la epidemia, y los números oficiales de los infectados (la mayoría de los cuales son "sospechados" de portar el virus) que desautorizan la calificación de "pandemia", los consorcios mediáticos continúan sembrando el pánico mundial en sus pantallas y titulares.

Es más, las información científica pierde relevancia y es puesta como un elemento de segunda importancia frente a la búsqueda del rating con informes superficiales y "catastróficos" que son avalados por la complicidad de muchos gobiernos que buscan situarse del lado del "consenso social" y no ser deslegitimados por la corporación mediática.

De esta manera, y sin datos científicos objetivos que lo justifiquen, las grandes cadenas internacionales y los medios locales crean paradojalmente una sensación de "catástrofe sanitaria" y desatan un riesgo de "ingobernabilidad mundial" del sistema por medio del cierre de fronteras y de aeropuertos que "aísla" y paraliza económicamente a los países, como es el caso de México.

La paradoja "desestabilizadora"

Más allá de sus orígenes y posibles estrategias de aprovechamiento (comercial o militar), la conmoción causada por una posible contaminación global del virus amenaza con un impacto mortal sobre las economías en crisis del sistema capitalista.

En el mundo de los macroeconomistas del sistema ya no importan demasiado las teorías sobre el origen de la pandemia: La principal preocupación reside hoy en su duración, la cantidad de países y de continentes que pueda afectar, y el impacto que tendrá finalmente sobre una economía global en recesión, principalmente en EEUU, estrechamente ligado a la economía mexicana que hoy afronta el mayor riesgo de desaceleración impulsada por la emergencia y el aislamiento mundial.

A su vez, la psicosis mundial instalada mediáticamente con la pandemia de "gripe porcina" revela una vez más el poder y los alcances de los grandes consorcios de comunicación como manipuladores y generadores de conducta colectiva a escala global.

Curiosamente, esta vez los consorcios mediáticos, por afán de lucro y de rating, rompieron con la lógica de preservación de la "gobernabilidad del sistema" (del cual forman parte como corporación económica) y están poniendo en riesgo los pilares del "orden" y la "estabilidad" económica del capitalismo, con su manipulación acentuada de "terrorismo bacteriológico" para generar rating.

No deja de ser una tendencia suicida: la gran tajada de rentabilidad de los conglomerados mediáticos es aportada por los grandes consorcios bancarios, industriales o de servicios (en crisis), que conforman la porción mayoritaria de la "torta" publicitaria pautada comercialmente en los monopolios de la información.

Una extensa y generalizada epidemia de influenza porcina podría afectar la recuperación de la economía global, e incluso prolongar y acentuar la recesión mundial, es la opinión que predomina entre los principales analistas económicos.

De manera tal que, esta vez, el brote psicótico mundial inducido y manipulado con el contagio de la gripe porcina, conspira contra la propia supervivencia económica de los conglomerados mediáticos que extraen sus rentabilidad capitalista de las grandes empresas y bancos en crisis.

¿Se suicidan por afán de lucro y de rating los gendarmes del control social a escala global?

¿Quién controla a los grandes controladoradores impunes de conducta masiva?, es una pregunta que se formulan los que conservan algún resto de raciocinio y de reflexión frente a la alienación mediática.

Por ahora hay un dato: Como consecuencia de la psicosis con la gripe porcina, no son pocos los legisladores republicanos y demócratas USA que están reclamando una mayor regulación y control de la información periodística en aquellos aspectos que toquen ámbitos específicos de la "seguridad nacional".

Según The Washington Post, ya hay borradores de proyectos de ley, sobre todo en las áreas de las pandemias y de las catástrofes naturales.

IAR Noticias
-