30 de enero de 2009

El uso políticamente incorrecto de la svástica

Muchas veces se usó la svástica -sin que nadie se sorprenda- asociada a la bandera norteamericana, o a la figura de Bush, por ejemplo, para denunciar sus políticas expansionistas.

También fue publicado en Israel, un afiche con la imagen del asesinado Itzjak Rabin -a quien los grupos ultrasionistas no le perdonaron (y por eso lo asesinaron) querer hacer la paz con los palestinos- vestido con uniforme nazi.

Pero que a nadie se le ocurra asociar el nazismo con la política del Estado de Israel. Eso es antisemitismo y deberá ser investigado por la justicia...


"...De viaje de trabajo en Buenos Aires, Timerman dijo que "en Buenos Aires vi manifestaciones que supuestamente critican el accionar del Estado de Israel pero en el fondo muestran profundo antisemitismo". "Criticar al Estado de Israel es un derecho que le asiste a cualquier ciudadano. Pero cuando en una bandera aparecen la svástica y la estrella de David hay algo más profundo: se trata de un hostigamiento a la comunidad judía argentina. Y eso no hay que dejarlo pasar", dijo el embajador en declaraciones radiales..."
Página 12
Sensible a los requerimientos de la colectividad judía en la Argentina, la Lubertino no tuvo más remedio que reaccionar:


Inadi pide a la justicia que investigue presunto antisemitismo
"...También le pidió a la Policía Federal las investigaciones realizadas o denuncias recibidas por la publicación de carteles u otra manifestación que fuera sospechada de antisemita; y la posibilidad de individualizar o identificar a quienes, en fotografías remitidas a la policía por el INADI, portan banderas o panfletos donde puede observarse la cruz esvástica..."
...
Además le solicitó a los gobiernos municipales que procedan a eliminar cualquier pintada de contenido antisemita en espacios que estén bajo su jurisdicción"

ar.news.yahoo.com


En cambio, el uso "políticamente correcto" de la svástica, no será objetado, que para eso está la libertad de prensa...

... como se puede observar en la edición 330 de Crítica de la Argentina.

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